1- Contexto histórico
Tras el término de la Segunda Guerra Mundial, cuando las relaciones entre Estados Unidos y la URSS comenzaron a deteriorarse, EE. UU., bajo la presidencia de Harry Truman, comenzó una ofensiva que tenía como objetivo eliminar cualquier posible influencia soviética en América Latina. Lo primero que hizo para lograrlo fue conseguir que los gobiernos latinoamericanos rompieran relaciones con la URSS, lo que tuvo gran éxito, ya que todos los países, a excepción de México, Argentina y Uruguay, lo hicieron. La segunda tarea que se propuso fue presionar a los gobiernos latinoamericanos para que proscribieran los partidos comunistas. En Chile, bajo el gobierno de Gabriel González Videla, se prohibió el funcionamiento del Partido Comunista con la Ley de Defensa Permanente de la Democracia.
Truman se preocupó de formar una serie de alianzas con América Latina, con el objetivo de resguardar sus intereses y evitar una posible intervención soviética. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en1947 con el Pacto de Río, en virtud del cual cualquier ataque a un Estado americano sería considerado una agresión, por lo que todos los Estados se debían asistencia mutua. Se firmaron varios acuerdos como este, que permitían a Estados Unidos ejercer un control cada vez más fuerte en la zona.
2- La revolución cubana
Considerando lo anterior, y hasta el año 1959, Estados Unidos no se había preocupado por América, concentrando todos sus esfuerzos en las regiones europeas y asiáticas. Sin embargo, Cuba se transformará rápidamente en la excepción a la regla, provocando un cambio de estrategia por parte de la superpotencia.
Cuba estaba pasando por un extenso periodo de dictadura de derecha, dirigida por Fulgencio Batista. Cansados de dicha situación, dos dirigentes de izquierda comenzaron una organización “guerrillera” para combatir este régimen: Ernesto “che” Guevara y Fidel Castro.
Lograda la revolución, se instaura en el país una reforma agraria, que afectó mayoritariamente a la industria del azúcar, cuyo mayor porcentaje estaba en manos estadounidenses. Castro además prohibió el establecimiento de plantaciones controladas por compañías no cubanas y disminuyó el apoyo a la producción de azúcar a favor de otros cultivos alimenticios. En 1960, el gobierno cubano nacionalizó todas las compañías estadounidenses en la isla, medida a la que Washington respondió con la imposición de un embargo comercial.
Considerando estos antecedentes, EE. UU ve la amenaza de la dispersión ideológica comunista en el continente, por lo tanto, se inician una serie de esfuerzos para derrocar a Castro, todos fallidos. Inclusive, se inician relaciones internacionales con la Unión Soviética, llevando en 1962 las relaciones a su máxima tensión, cuando se instalan misiles en Cuba, apuntando directamente a Estados Unidos. El presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, reaccionó ordenando el bloqueo naval de la isla a fin de evitar la llegada de nuevos suministros militares desde la Unión Soviética. A su vez, amenazó a esta nación con invadir el territorio cubano si no retiraba los misiles a la brevedad.
El peligro que significó este episodio para la historia de la humanidad llevó a mejorar las comunicaciones entre EE. UU y la URSS, iniciando la creación del llamado “teléfono rojo” con una línea directa entre Washington y Moscú.
3- La Alianza para el Progreso
Creada por la administración Kennedy, dicha alianza buscaba como objetivo financiar reformas estructurales a las economías de Latinoamérica, profundizando la democracia y el desarrollo económico de la región.
En Punta del Este, durante una conferencia de países americanos, se aprueba el nacimiento de la Alianza para el Progreso (ALPRO), la que quedó dirigida por un Consejo Interamericano Económico y Social, encargado de coordinar un fondo de 20 mil millones financiados por Estados Unidos durante 10 años, es decir, el fondo contemplaba inversiones en América Latina por un total de dos mil millones de dólares anuales, al que los estados latinoamericanos podían concursar enviando proyectos de reforma de sus propias economías.
Aunque exitoso en las reformas sociales, de vivienda y de economía, fracasó en su objetivo central: el desarrollo rápido y sostenido del continente. Dicho fracaso se debió en parte por los malos manejos económicos de los recursos en los propios países; y en parte por el beneficio que se les daba a las empresas estadounidenses en América latina, en vez de las industrias locales. Considerando lo anterior, es que esta propuesta se consideró una forma de impedir la expansión del comunismo por la Revolución Cubana más que un interés real de apoyo a las naciones latinoamericanas.
Según un análisis del Departamento de Defensa de Estados Unidos, la Revolución cubana había triunfado gracias al apoyo de la población campesina, debido a las duras condiciones en que esta vivía. Esta asociación entre campesinado y revolución alertó a los estadounidenses en el financiamiento de programas de reforma agraria en América Latina que lograran reducir la injusticia existente en la distribución de tierras. Debido a lo anterior, la Alianza para el Progreso contribuyó a la legitimización de las reformas agrarias en América Latina durante la década de 1960, a condición de que tuvieran consenso político para su realización, o que se desarrollaran de manera parcial, como las de Chile (1967) y de Colombia (1968).
4- Doctrina de Seguridad Nacional
Nacida también a partir de la Revolución cubana en los años 50´, postulaba que cualquier aliado o persona que fuese amenazado por la llegada del comunismo era directamente enemigo de Estados Unidos. En función de este proceso, Estados Unidos transmitió esta nueva doctrina a los ejércitos de los estados latinoamericanos aliados, a través de la Escuela de las Américas, establecida en Panamá en 1946 como parte del TIAR. Esa institución, destinada a prestar asesoría a los ejércitos latinoamericanos, se transformó en la principal herramienta de difusión de la Doctrina de Seguridad Nacional en América Latina.
Estas técnicas aprendidas fueron aplicadas contra las diversas guerrillas que surgieron en la época, como el Frente Sandinista, la guerrilla boliviana, entre otros. Gracias a estas estrategias, los servicios de inteligencia de la región se especializaron aún más.