1- Introducción
Así como en nuestro lenguaje tenemos sustantivos para nombrar elementos, adjetivos para determinar sus características y artículos para señalar el género y conocimiento de ellos, existen palabras que nos sirven para indicar acciones. Estas son los verbos.
Ejemplos:
Cantar, bailar, estudiar, jugar, conversar, correr, ver, comer, conocer, saber, dormir, vivir, elegir, recibir, escribir, nadar, etc.
Observa las acciones y fíjate en la terminación de cada una. Los nombres de los verbos siempre terminan en ar – er o – ir.
2- ¿Frases u oraciones?
Los verbos también determinan la existencia de oraciones o frases. En una frase no hay acciones y si los hay, no están en forma personal.
Estas son frases:
¡Qué delicioso pastel! – Chile lindo – Un día de invierno.
Cuando hay acciones hablamos de una oración.
Son oraciones:
¡Qué delicioso veo ese pastel! – La gente canta Chile lindo. – Los turistas llegaron un día de invierno.
Una oración expresa mayor mensaje que una frase.
3- Sujeto y Predicado
En una oración, el verbo sirve para:
Encontrar el sujeto, es decir quién realiza la acción.
Determinar el predicado. El verbo es su núcleo.
Observa el ejemplo:
En el recreo jugaron los niños.
Primero: identificamos el verbo buscando la acción. El verbo es jugaron.
Segundo: preguntamos al verbo: ¿Quién? o ¿Quiénes? realizaron la acción. En este caso: ¿Quiénes jugaron? La respuesta es: los niños. Entonces el sujeto es: Los niños. Y el predicado: jugaron en el recreo.
El núcleo del predicado es el verbo jugaron.
Veamos otro ejemplo:
Un personaje famoso asistirá al homenaje.
El verbo es asistirá. Preguntamos: ¿Quién asistirá? Respondemos: un personaje famoso. Este es el sujeto.
El predicado corresponde a: asistirá al homenaje. El núcleo del predicado es asistirá.