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Narración y sus elementos

10 años > Lenguaje > Textos informativos y narrativos

1- Entendiendo la narración 

Cada vez que contamos algo o que relatamos una historia estamos poniendo en práctica la narración, porque narrar es hacer una historia. 

En la literatura encontramos un genero que se ocupa de contar historias, este es el género narrativo, y si tuviéramos que definirlo, diríamos que corresponde a relatos ficticios, creados a través del lenguaje por un autor y contados por un narrador. Estos relatos, además de tener un narrador, también cuentan con personajes que desarrollan las acciones. 

Pero no solamente narrador y personajes intervienen en un relato narrativo, sino que hay mas elementos que hacen posible que este mundo de las historias cobre vida en las paginas de los libros y en la imaginación de los lectores. 
A continuación, vamos a ver como cada uno de los elementos colabora que para que esto sea posible. 

 

1.1-   Principales obras narrativas
Hay muchos tipos de obras narrativas, historias que se cuentan en mayor o menor extensión, con más o menos personajes, pero todas tienen en común que llevan los elementos que hacen posible que se cree un relato. Los tipos de textos narrativos más comunes y que seguramente ya conoces son: 

– Fábula: pequeña narración en verso de hechos imaginarios, que deja una enseñanza.

– Cuento: narración de peripecias en torno a un personaje.

– Leyenda: narración de un suceso maravilloso, que se basa en algo real, pero transformado por la fantasía popular.

– Novela: relato más o menos extenso de hechos ficticios.

 

 

 

2- Elementos de la narración.  

Los elementos de la narración son las partes que forman el relato narrativo, es decir, sin ellos no es posible que se conforme la historia. 

2.1- El narrador: como ya lo mencionamos antes, el narrador es el encargado de contar la historia. Es una voz que va a ir relatando los hechos e impresiones que se generan en el texto. Él es creado por el autor, por lo tanto, nunca debemos identificar que el autor es el mismo que el narrador. 

Al narrador podemos clasificarlo en dos categorías, según su grado de conocimiento y según su grado de participación. Veamos cuáles son:
 
a- Narrador homodiegético: este tipo de narrador nos va a contar los acontecimientos según cómo participa de ellos. En otras palabras, es la voz de un personaje. Existen dos tipos de narradores homodiegéticos:

 

– Protagonista: es el personaje principal, cuenta lo que a él le pasa. Habla en primera persona gramatical (yo, nosotros). 

Por ejemplo: 
“De pronto, me encontré caminando las calles de mi barrio una oscura noche de otoño. Creí escuchar un ruido proveniente de los árboles de la plaza, cada vez se hacía más fuerte; hasta que ya no tuve dudas: ahí estaba mi perro perdido.”

Si te fijas, en las partes destacadas se puede ver que quien nos cuenta lo que pasa habla desde su punto de vista y de sí mismo. 

 

– Testigo: es un personaje secundario, cuenta lo que vive junto al protagonista. Nos cuenta la historia tanto en primera persona (cuando participa directamente de los acontecimientos) y en tercera persona (él/ella, ellos), porque está hablado de otro.

Por ejemplo: 
“Julia siempre me miraba con ojos misteriosos. Ella era enigmática, parecía que escondía algún secreto. Julia era una niña seria, casi nunca sonreía. Se sentaba junto a mí en clases y siempre dibujaba otras cosas, mientras la profesora explicaba las materias”.

En este ejemplo, se han destacado en amarillo las partes en que nos podemos dar cuenta de que se trata de un narrador testigo, pues está participando de la historia: es un personaje dentro de ella, pero no nos cuenta de sí mismo, sino de su compañera Julia. Mientras que, en celeste, se destaca cuando habla en tercera persona, porque habla de su compañera de curso, de su personalidad y de lo que hace en clases. 

 

b- Narrador heterodiegético: este tipo de narrador nos va a contar los acontecimientos según cuánto conoce de ellos, porque no participa de la historia, o sea, está fuera de ella, no es un personaje, sino una voz que ve y conoce lo que pasa.

Hay dos tipos de narradores heterodiegéticos: 

– Omnisciente: este narrador es aquel que tiene conocimiento total de todo lo que pasa en el relato. En otras palabras, conoce el exterior e interior de los personajes, el tiempo y los espacios. 
 

Por ejemplo: 
 “El viejo Koskoosh escuchó atentamente. Aunque su vista se había apagado ya largo tiempo antes, su oído seguía siendo agudo… Un largo camino esperaba por delante y el corto día rehusaba demorarse. La vida lo llamaba, las tareas de la vida, no la muerte. Y él estaba muy cerca de la muerte.

 

Jack London. La ley de la vida. Recuperado en https://ciudadseva.com/texto/la-ley-de-la-vida/ (fragmento adaptado).

 

Como puedes darte cuenta, en este fragmento vemos un narrador que conoce absolutamente todo, incluso más que el mismo personaje.

 

– Observador, objetivo o de conocimiento relativo: cualquiera de estos nombres puede recibir este narrador que se caracteriza por saber solamente lo que puede ver. Es decir, es una voz que nos va contando lo que está pasando en el momento. 

Por ejemplo: 
“Esta noche, la pequeña sala de la casa tiene sus persianas cerradas y en la chimenea hay un gran fuego.  La familia está reunida en la mesa del comedor, cada uno con su plato al frente, mientras la madre, con un cucharón reparte a cada uno una porción del estofado que reposa en la fuente.”

Si te fijas, la voz narrativa nos esta contando lo que va pasando en el momento y solamente conoce lo que se muestra en la escena, es decir, no sabe lo que pasa en el interior de los personajes (pensamientos, sentimientos), ni qué sucedió antes o qué va a suceder. También nos hace una descripción del lugar, solamente de la sala, porque no conoce cómo es el resto de la casa. 

 

2.2- Los personajes: ellos son los encargados de llevar a cabo las acciones en el relato, o sea, son los que hacen y a los que les suceden las cosas. Hay muchas clasificaciones de personajes, pero ahora veremos cómo los clasificamos según su importancia en la historia.

 

 

a- Principales: realizan las acciones principales. En ellos se centra la historia, son sus protagonistas. Esto significa que están presentes en todo o casi todo el texto. 

Por ejemplo: 
“Carlos cruzó la muralla que separaba su patio de el del vecino. Cayó al pasto, miró a los lados y se aseguró de seguir avanzando cautelosamente para que no lo descubrieran. Haría todo por tener su pelota de vuelta.”

Este ejemplo presenta el actuar del protagonista, ya que todo lo que se cuenta se enfoca en él. Además de esto, también puedes darte cuenta de que él es quien realiza las acciones y quien busca y actúa para solucionar la situación de recuperar su pelota. 

 

b- Secundarios: acompañan al personaje principal, pueden ayudarlo u oponerse a él. Este tipo de personajes esta presente en gran parte del relato, pero no en todo. Su actuar está relacionado a las acciones de los personajes principales.

 

 

Por ejemplo: 
“Carlos miró a sus amigos que asomaban sus cabezas por la pandereta. Freddy le hizo una mueca en señal de que nadie lo vería cruzar de vuelta con la pelota.”

En el ejemplo, aparece Freddy, el amigo de Carlos (protagonista). Como puedes ver, Freddy lo ayuda, pero Carlos es quien hace la acción de ir a buscar la pelota. 

 

2.3- El ambiente: este elemento corresponde al contexto en el que se mueven los personajes. Esto está dado por los espacios, y en una historia podemos encontrar 3 tipos de espacios. Es decir, los 3 espacios forman el ambiente. 

a- Físico: es el lugar, el escenario físico y concreto en donde suceden las acciones de los personajes. 

Por ejemplo: 
“He regresado. Atravieso el pasillo y miro a mi alrededor.
Es la vieja granja de mi padre.
Inservibles vejestorios dificultan el acceso a la escalera que conduce al granero. El gato acecha desde la baranda. Un trapo viejo, alguna vez usado para algo, ahora flamea al viento amarrado a un palo.

Franz Kafka. Retorno al hogar. (2004) Colección Cuento Contigo V. Santiago: Centro de Estudios Públicos.   

 

Como ya te habrás dado cuenta, es espacio físico de este relato es una granja que esta descuidada y vieja. Esto lo sabemos porque el narrador nos describe el lugar. Destacado en amarillo puedes encontrar esta descripción. 

 

 

 

b- Psicológico: este espacio tiene que ver con los sentimientos y emociones de los personajes. Es la atmósfera emocional que se genera a partir del mundo psicológico de los personajes. 

Por ejemplo: 
“Cuando comencé a escribir este diario temí que me estuviese extendiendo demasiado; pero ahora me complace haber entrado en detalle desde un principio, pues hay algo tan extraño acerca de este lugar y de todas las cosas que suceden, que no puedo sino sentirme inquieto. Desearía estar lejos de aquí, o jamás haber venido… Temo ser la única alma viviente en el lugar.”

Abraham Stoker (1989). Drácula. Barcelona: Montecinos Editor. (Fragmento adaptado)

 

En este fragmento de la novela Drácula, apreciamos que el espacio psicológico esta dado por los pensamientos y emociones del protagonista, al contar que suceden cosas extrañas, que se siente inquieto, que no quiere estar en ese lugar y que tiene miedo de ser el único ser vivo que está allí. Todo esto nos da a conocer que el espacio psicológico es de temor, miedo, inquietud.

 

c- Social: es el medio social y cultural en el que se mueven los personajes. 

Por ejemplo: 
“Mientras vivía, la señorita Emilia había sido para la ciudad un deber y un cuidado, desde el día en que el coronel Sartoris el Mayor -autor del documento que ordenaba que ninguna mujer negra podría salir a la calle sin delantal-, la perdonó de sus impuestos, privilegio que había comenzado cuando murió su padre y que más tarde fue prolongado.”

William Faulkner. Una rosa para Emilia. Recuperado de https://ciudadseva.com/texto/una-rosa-para-emilia/ (Fragmento adaptado).

Después de leer este ejemplo, te podrás dar cuenta que destacado en amarillo aparece un enunciado que muestra cómo eran las costumbres de una época en una determinada clase social. Vemos, entonces, que el espacio social es de discriminación de la clase alta hacia las mujeres de raza negra, pues se infiere que las mujeres de raza negra eran diferentes a las de otra raza porque tenían que salir vestidas de una manera particular y porque lo que pasó con Emilia era una excepción (nadie más era tratada de esa forma). 

 

2.4- Los acontecimientos:  Son los hechos que ocurren en la historia. Hay 2 categorías:

a- Principales: son los sucesos más importantes que conforman la trama de la historia. Es decir, cada uno de estos sucesos hace que la historia avance.

Por ejemplo: 
“Carlos cruzó la muralla que separaba su patio de el del vecino. Cayó al pasto, miró a los lados y se aseguró de seguir avanzando cautelosamente para que no lo descubrieran. Haría todo por tener su pelota de vuelta.”

En este ejemplo, el acontecimiento principal que permite que suceda todo lo que podemos leer, es que la pelota de Carlos se cayó a la casa del vecino, lo que desencadena que él vaya a buscarla. 

 

b- Secundarios:  son los acontecimientos que adornan o acompañan a las acciones principales. Es decir, nos dan detalles sobre estas. Sin ellos la historia avanzaría de igual modo.
 
Por ejemplo: 
“Era un cálido día de primavera y ellos, cogidos de la mano, caminaban por el parque lleno de nuevo verde y flores. Se detuvieron un momento y él la abrazó rodeando con el brazo sus hombros. En ese mismo instante, sentado en un auto frente al lugar, estaba su padre, que horas antes le había prohibido seguir viéndola.”

Las acciones destacadas muestran acontecimientos secundarios que tienen la función de contextualizar, pero que no influyen en el desarrollo de la historia. 

2.5- La secuencia narrativa: toda historia tiene un hilo de acontecimientos que se van desarrollando y que van dando forma a la trama del texto. La secuencia narrativa nos permite ir distinguiendo estos momentos de la acción y, cada uno de ellos, cumple una función importante en el desarrollo del relato. 

A continuación, veamos cuáles son esos momentos de la historia. 

 

a- Inicio: es el comienzo de la historia. Aquí se muestra el contexto, presentando a los personajes, la época, lugares, etc. 

Por ejemplo: 
“Era la mañana del primer sábado de primavera. Corría un tibio viento y brillaba el sol. Carlos despertó ansioso, había esperado toda la semana para disputar el partido de fútbol con sus amigos del condominio.”

Otro ejemplo: 
“Aquella mañana, cuando el caballero literato le abrió la puerta a la vieja Ma Parker, que venía cada martes a hacer el aseo de la casa, le preguntó por su nieto. Ma Parker permaneció parada sobre el choapino, dentro del pequeño oscuro vestíbulo, y extendió la mano para ayudarlo a cerrar la puerta, antes de contestar.”

Katherine Mansfield. La vida de Mar Parker. Recuperado en https://ciudadseva.com/texto/vida-de-ma-parker/ (Fragmento adaptado).

 

b- Quiebre o Nudo: corresponde al conflicto de la historia. Es el problema que debe resolverse. 

Por ejemplo: 
“Los equipos estaban dispuestos, once por lado y una pelota al centro. Se oyó el pitazo inicial y Carlos llevaba la delantera, se acercaba al arco contrario. Era el momento de chutear la pelota. Enfocó el tiro, puso toda su fuerza y… la pelota voló por el aire y aterrizó en el patio del vecino al que todos temían en el condominio.”

Como puedes ver, aquí el problema es que la pelota cayó en la casa del vecino. 

 

c- Desarrollo: son las acciones realizadas por los personajes para solucionar el problema. 

Por ejemplo: 
“Carlos cruzó la muralla que separaba su patio de el del vecino. Cayó al pasto, miró a los lados y se aseguró de seguir avanzando cautelosamente para que no lo descubrieran. Haría todo por tener su pelota de vuelta.”

Ahora vemos que Carlos realizó acciones para recuperar la pelota. 

 

d- Clímax: momento de mayor tensión, el problema está a punto de resolverse. 

Por ejemplo: 
“La vio al fondo del patio, entre medio de unas plantas y unas flores en una de las esquinas donde terminaba el pasto. Se arrastro para que no lo viera el vecino. Estaba llegando junto a la pelota cuando vio unas piernas con unos zapatos sobre el pasto frente a él. De a poco levantó el cuello y se encontró, cara a cara, con el vecino que lo miraba con una mueca de enojo.”

En este momento del clímax, Carlos estaba a punto de recuperar la pelota para seguir el partido, pero justo es sorprendido por el vecino al que tanto miedo le tenían. 

 

e- Desenlace: es el momento en que se encuentra una solución al problema.

Por ejemplo: 
“Completamente estático sobre el pasto, Carlos miraba a su vecino. Este comenzó a agacharse y le pidió que se levantara. Lo había visto desde que trepara la muralla para entrar por la pelota. El vecino dio dos pasos hacia donde estaba la pelota, la tomó, se la pasó a Carlos y le dijo que se largara.”

Aquí vemos como el problema ya está resulto, Carlos vuelve a tener su pelota. 

 

f- Final: se pone término a la historia. 

Por ejemplo: 
“Carlos tomó el balón y salió corriendo de la propiedad. Cuando hubo cruzado la reja del vecino y salido al parque del condominio, levantó los brazos para mostrarles a todos que había salido con la pelota. Volvió a la cancha y el partido se reanudó.”

Carlos y sus amigos pueden continuar con el partido de fútbol. 

 

3- Ejemplo 

Lee el siguiente cuento y fíjate como todos los elementos de la narración están dispuestos y señalados. 

La piedra de hacer sopa
Cuento popular belga

Había una vez un soldado que volvía de la guerra y, como tenía mucha hambre, pidió en una casa algo para comer
No tenemos nada, no siquiera para nosotros- le contestó la dueña de casa. 
– Si tiene una olla, llénela con agua y póngala al fuego, porque yo tengo una piedra para hacer sopa- dijo el soldado y sacó una piedra de su bolsillo. 
La piedra no parecía diferente de cualquier piedra. Pero como no perdía nada, la dueña de casa puso la olla al fuego.  Entonces, el soldado echó la piedra adentro y dijo: 

– Ahora dejaremos que se haga la sopa. ¿Tendrían un poquito de sal?
La mujer echo un puñado de sal en la olla y todos se sentaron a esperar. 
– Un poco de zanahorias no le vendría mal a la sopa- dijo el soldado. 
– ¡Tenemos algunas! – respondió la mujer y sacó tres zanahorias del cesto, donde el soldado las había visto. 
El soldado las metió a la olla y comenzó a contarles sus aventuras. 
– Unas pocas papas vendrían muy bien, ¿no les parece? – dijo, de pronto.
Quedan dos – contestó la hija mayor, y las puso en la olla. 
La familia siguió escuchando los cuentos del soldado que, de pronto, comentó:
– Una cebolla da muy buen gusto. ¡Y qué decir de un repollo!
– Corre y pídele una al vecino. Y arranca un repollo de la huerta – ordenó la madre. 
El hijo menor volvió con el encargo, cuando el hijo mayor llegó con un conejo que acababa de cazar.

– ¡Justo lo que necesitamos para darle el toque final! – exclamó el soldado. 
Y en pocos minutos, las cebollas, el repollo y el conejo estaban dentro de la olla. 
Por fin, la sopa estuvo lista y a todos les pareció muy sabrosa. 
– Es una piedra maravillosa – comentó la mujer. 

Cuando el soldado se despidió, les regaló la piedra. Pero, por fortuna, encontró otra, justo antes de llegar al pueblo siguiente. 

Versión de Letra Impresa. Recuperado en http://www.letraimpresa.com.ar/files/content/1/1631/la-piedra-de-hacer-sopa.pdf 

 

4- Actividad

Lee con atención el siguiente cuento y luego realiza las actividades. 

La Caperucítala

Érase una vez una niña llamada Caperucítala, a la cual se le han hecho cientos de versiones de su cuento. Sin embargo, ella no conocía ninguna porque odiaba leer.

Caperucítala era más linda que Miss Viejo Mundo 1795. Pero tenía un carácter muy fuerte, una habilidad fuera de lo común para los deportes, y por si fuera poco, era una experta en artes físico-culturistas y en artes marciales.
Un día la madre le pidió que fuera a casa de su abuelita que se encontraba enferma, y le llevara mermelada de plátano con chirimoya. Caperucítala se alegró mucho —de ir, no de tener a la abuelita enferma—, y abrigándose bien por el intenso frío que había, partió rápidamente.

La anciana vivía a dos cuadras de su casa. Pero la niña, para entretenerse un poco, tomó el camino más largo, pasando por un bosque que estaba a tres kilómetros. Corrió, corrió y corrió, hasta que se puso roja.

Una vez internada en el espeso bosque de eucaliptus, robles, pinos, ébanos, helechos gigantes, varios maceteros con plantas ornamentales y un bonsái, se le apareció un lobo grande, astuto y más malo que un troll, un ogro y un orco juntos.

Venía vestido de traje azul marino y corbata roja, llevaba un maletín negro en la mano y con cara de yo no fui. En fin, la típica imagen de un ejecutivo serio y supuestamente respetable.

—Buenas. ¿Cómo te llamas, niña?
—A ti no te importa —le respondió dulcemente Caperucítala.
—Mira, yo soy inspector de la Superintendencia de Bosques y Zanjas y estamos haciendo una encuesta. ¿Puedo hacerte unas preguntas?
—No.
—Pero, fíjate, podrás participar en un sorteo y ganarte una semana de vacaciones en un hotel de tiempo compartido…
—¡Córtala, Lobo! ¡Déjate de tonterías, que yo sé quién eres!

El animal se molestó, pero no le quedó más remedio que marcharse con el maletín y el rabo entre las patas. Él quería darse un banquete con la niña, pero le parecía poca cantidad de comida. Estaba interesado en averiguar adónde se dirigía ella, y con quién se encontraría para aumentar el festín. Como no lo pudo saber en su primer intento, se le ocurrió seguirla y averiguarlo.

Para no levantar sospechas, primero se disfrazó de ciruelo. Así, caminaba a hurtadillas detrás de Caperucítala. Sin embargo, esta se dio cuenta y le apretó con fuerza la nariz, comentando en voz alta que aquella ciruela estaba verde aún.
Pero como el Lobo era más persistente y molestoso que una mosca en la cara de un animador de televisión, continuó con sus disfraces.

Se disfrazó de pingüino, de señal de tránsito. Más tarde de inodoro, pero siempre la niña —de una u otra manera— lo descubría.

Cuando llegaron al final del camino, por detrás de la casa de la abuelita, Caperucítala se puso a recoger sandías silvestres, colocándolas en su canastita de mimbre.
Habría que ser muy estúpido para no darse cuenta adónde iba finalmente la niña, y como el Lobo no lo era, porque había hecho un diplomado, un magíster y un doctorado en una universidad muy prestigiosa, aprovechó el momento para entrar en la casa por la puerta trasera.

Rápidamente, aliñó a la abuelita con sal, pimienta, mayonesa y cilantro, y de un tirón se comió completa a la pobre viejita, que se revolvía en el estómago del Lobo sin comprender lo sucedido. Enseguida, este se puso el camisón, el gorro de dormir y se metió en la cama.

Cuando Caperucítala llegó a la habitación, se detuvo extrañada. “Sé que la abuelita no se baña hace como tres días por su enfermedad, pero ni así puede tener este mal olor. Creo que por aquí hay lobo encerrado”, pensó con viveza la niña. Al acercarse a la cama lo comprobó.

—¿No me vas a preguntar qué ojos más grandes yo tengo? —le dijo el animal.
—Me imagino que los tienes así porque te asustaste mucho al verme con este cuchillo en mi cesta.
—¿Y no te interesa saber por qué tengo una boca tan grande?
—¡Por favor, Lobo! ¡Esas cosas son para niños chicos! ¿A quién vas a engañar? —le respondió Caperucítala con un gesto de desdén.

El Lobo, enojado, no esperó más. Dando un salto, vociferó con furia:
—¡Caperucítala Rójula!
—¡Eres un Lóbulo! ¡Un animábulo Ferózulo! —le devolvió el grito la niña.

Entonces el Lobo trató de atrapar a la niña. Pero Caperucítala le colocó un palo dentro de la boca impidiéndole que la cerrara. Después le propinó varios golpes de karate en el tórax. Acto seguido saltó y caminó con agilidad por la pared y el techo, descendiendo por detrás del Lobo, mientras le lanzaba tres patadas, que hicieron caer al animal. Una vez en el piso, la niña le amarró las patas a la espalda. Entonces, con el cuchillo, le abrió el estómago y rescató a su abuelita.
Mientras la anciana se bañaba para quitarse de encima los jugos gástricos del Lobo, Caperucítala le cosió la herida al animal, no sin antes sacarle toda la piel del cuerpo.
—Ahora te vas de aquí y dentro de tres días pasa por la oficina de objetos extraviados del guardabosque, llena una planilla y recoge tu piel.
El Lobo huyó de allí, corriendo a toda velocidad. Corrió tan rápido, pero tan rápido, que si se hubiera puesto a darle vueltas a un árbol, fácilmente se hubiera podido morder él mismo su oreja por detrás.
Así, Caperucítala y su abuela, sus padres, hermanos y hasta un primo lejano, hijo de una tía segunda, casada con el guardabosque, fueron muy felices… Bueno, en realidad Caperuc&iacute

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Fecha de publicación: 06/03/2024

Última edición: 06/03/2024

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