1- Antecedentes Históricos del concepto de riesgo socionatural
Desde el siglo XVIII el ambiente científico ha considerado los desastres como eventos naturales, en cambio, en los círculos religiosos y populares los consideraban eventos divinos. Durante la primera mitad del siglo XX se había dejado de lado esta discusión, hasta que al final de ese siglo se retoma el debate en torno a la dimensión social de los desastres.
En noviembre de 1755 Lisboa quedo completamente destruida por un gran terremoto, se generaron diversos incendios en la cuidad y luego hubo un tsunami. La gran dimensión del desastre, el sufrimiento y la destrucción despertó el interés en algunos renombrados filósofos. Voltaire opinaba que tal sufrimiento no podía ser la voluntad de Dios y Rousseau argumentó que el desastre no había sido meramente natural, sino que tenía componentes sociales.
Harlan Barrows en 1923 desde la corriente de la ecología humana y apoyado en las disciplinas sociológicas, argumentó que las alternativas que escogen un buen número de sociedades humanas no siempre resultan ser las mejores, generando impactos negativos en ellas mismas.
Gilbert F. White en 1945, también desde la ecología humana, expone que el riesgo natural es un proceso que surge de la relación entre el medio y las actividades humanas. Esta interacción dependería de las características del fenómeno natural, de las características de los asentamientos humanos y de la capacidad para responder a aquel fenómeno. Luego en los años ´70, White junto a Ian Burton y Robert Kates concluyen en sus estudios que los impactos negativos surgen de una transformación humana del medio ambiente, que se devuelve, especialmente, en contra de las sociedades en desarrollo.
Hewitt en 1983 propuso una visión alternativa, la cual postula que el estudio del riesgo debe centrarse en el análisis de los procesos sociales que generan las condiciones para que un evento natural se transforme en un desastre.
Actualmente, el concepto de riesgo socionatural se concibe en una relación entre la sociedad y el medio natural, como posible generadora de situaciones de riesgo de desastre. Como se aprecia en la imagen, una comunidad está ubicada en la ladera de un cerro, el cual se derrumba aplastando las viviendas.
2- Cálculo matemático de los riesgos
El modelo general de cálculo de riesgo determina que un riesgo se compone de la probabilidad que ocurra un evento dañino y la cantidad de víctimas afectadas. Esta relación proviene de la fórmula:
Riegos = Probabilidad x Impacto
Pero como concluimos anteriormente, el riesgo de desastres es una construcción social, el cual se materializará cuanto más coincidan las condiciones de amenaza y vulnerabilidad en esa comunidad. Con los factores mencionados se compone la siguiente fórmula de riesgo:
Riesgo = Amenaza x Vulnerabilidad
En donde, la amenaza sería el evento dañino o agresor, la actividad humana o el fenómeno natural que puede causar muertes, lesiones, pérdidas, trastornos o daños. Y la vulnerabilidad sería la tendencia o susceptibilidad de una comunidad a sufrir el impacto.
Los factores que componen a la vulnerabilidad son la exposición (condición de desventaja debido a la ubicación de una comunidad), la susceptibilidad (grado de fragilidad interno para enfrentar una amenaza) y la resiliencia (capacidad de la comunidad para adaptarse o recuperarse).
Debido a que los peligros naturales siempre van a existir, el riesgo también lo hará y los tipos de amenazas, junto con su magnitud, dependerán de la región en que se dé el riesgo.
3- Modelando los efectos de los riesgos socionaturales en Chile
El territorio chileno está expuesto a numerosos y variados riesgos socionaturales, por lo tanto, la investigación, la modelación y la difusión de las características de ellos es de suma importancia.
3.1- Erupciones volcánicas
En el territorio chileno se encuentran los volcanes Llaima y Villarrica, los cuales son dos de los seis más activos en Sudamérica. Además, aproximadamente el 10% de todos los volcanes activos del planeta se ubican en nuestro país. Todo esto se debe a la localización geográfica, que nos posiciona dentro del Círculo o cinturón de Fuego del Pacífico.
De los más de 2.000 volcanes existentes en Chile, alrededor de 500 se encuentran activos y 60 de ellos registran erupciones en los últimos 450 años. Los volcanes activos en nuestro país se distribuyen en 3 grandes zonas: la Zona Volcánica Central en el norte, luego la Zona Volcánica Sur y finalmente la Zona Volcánica Austral.
La actividad volcánica y sísmica se debe a que la placa oceánica de Nazca se hunde bajo la placa continental Sudamericana. Específicamente, los volcanes son puntos en la superficie de la Tierra donde tiene lugar la salida del magma o material rocoso fundido generado en el interior de nuestro planeta.
A lo largo de todo Chile existen comunidades emplazadas en las cercanías de un volcán, esto las hace propensas a sufrir diversos efectos volcánicos, como flujos de lava, caída de piroclastos (fragmentos sólidos de lava), lluvia de cenizas y lahares (flujo de material volcánico más agua). Las poblaciones humanas localizadas en la Zona Volcánica Sur son las que permanecen en constante amenaza, ya que allí se encuentran la mayor cantidad de volcanes activos y los con mayor registro histórico de erupciones (Llaima y Villarrica).
La Red Nacional de Vigilancia Volcánica, del SERNAGEOMIN, es el organismo encargado de proveer información oportuna para gestionar la seguridad de la población al monitorear los volcanes activos en el territorio chileno.
3.2- Aluviones
Un aluvión corresponde a un flujo de barro, en donde el agua arrastra material suelto que lleva consigo arena, rocas, árboles, basura o casas, puede viajar a gran velocidad y varios kilómetros desde su origen.
Generalmente se produce cuando las precipitaciones son intensas en zonas de altas pendientes y quebradas. Debido a que en los últimos años la isoterma cero ha ido avanzando en altura, en los lugares en donde las precipitaciones antes eran en forma de nieve ahora lo son en estado líquido.
Los aluviones provocan consecuencias fatales en las comunidades, que van desde pérdidas de vidas humanas hasta daños económicos por la destrucción ocasionada en las viviendas, las industrias, las telecomunicaciones o en las obras civiles.
En Antofagasta y Atacama han ocurrido varios eventos de aluviones debido al llamado ´´invierno altiplánico´´ y en 1993 el aluvión de la Quebrada de Macul en la región Metropolitana se convirtió en un verdadero desastre.
3.3- Sismos
La actividad sísmica en Chile se debe principalmente a la subducción entre la placa de Nazca y la Sudamericana. Pero, han existido algunos grandes terremotos en el extremo sur de nuestro país debido a la interacción entre otras placas, como la Scotia, la Antártica y la Sudamericana.
A lo largo del país existen numerosas fallas geológicas, las cuales también pueden generar sismos. Las fallas son fracturas a lo largo de la cual se generan discontinuidades en los macizos de rocas, observándose un desplazamiento entre dos bloques.
Las erupciones volcánicas también pueden provocar sismos, pero suelen ser localizados y de menor intensidad que los originados por la subducción entre placas o las fallas geológicas.
La magnitud o cantidad liberada de energía en forma de onda de los sismos se mide con la escala Richter. En cambio, la escala de Mercalli mide la intensidad y se relaciona con la percepción que las personas tuvieron del sismo, así como los daños causados en las estructuras y el medio ambiente.
La imagen muestra que la zona Norte presenta una concentración mayor de sismos con magnitud superior a 5,0 grados Richter, en comparación con el resto del país.
El 22 de mayo de 1960 se registró el terremoto más grande en la historia, llamado el Gran Terremoto de Chile o Terremoto de Valdivia, con una magnitud de 9,5 grados Richter. Por 10 minutos se sintieron grandes sacudidas a lo largo de 1.000 kilómetros de costa. La geografía en varios lugares de Chile cambió, cambiaron los cauces de los ríos, un volcán hizo erupción y se formó un tsunami con olas de hasta 25 metros de altura. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, 2 millones de personas quedaron sin hogar, murieron más de 1.600 personas y hubo 3.000 heridos.
El Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile es el organismo técnico oficial que monitorea la actividad sísmica del territorio nacional y obtiene los datos de la Red Sismológica Nacional, la cual consiste en distintas estaciones sismológicas que se ubican en todo el país.
3.4- Tsunamis
Los tsunamis son fenómenos físicos que se pueden originar por sismos bajo o cerca del fondo marino, remociones de tierra, derrumbes bajo el océano, erupciones volcánicas y se manifiestan como una gran ola de varios metros que inunda la costa.
Cuando el tsunami es causado por un sismo cercano a la costa, puede arribar a los pocos minutos, pero también puede ser generado a miles de kilómetros de distancia y en este caso puede demorarse en llegar varias horas.
Cuando el SNAM (Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada) detecta que existen las condiciones y un peligro inminente de que se produzca un tsunami, este organismo comunica una alarma a la ONEMI, las autoridades Navales y Marítimas. La acción preventiva de evacuar la establece la ONEMI y puede ser de 2 tipos: Horizontal (trasladarse a zonas de seguridad en terrenos altos) o Vertical (subir a los pisos superiores de edificios, preferentemente más allá del 8vo piso). Los municipios están encargados de identificar en sus planos de evacuación las líneas de seguridad y las zonas seguras.
En un plano de evacuación, como el ejemplificado a continuación, observamos un área a evacuar que es propensa a sufrir el tsunami, una vía de evacuación, una líea de seguridad, con su respectiva zona segura y un lugar de punto de encuentro.
En gran parte de la costa chilena, esta amenaza constituye el principal riesgo socionatural, debido a que existen importantes ciudades ubicadas en zonas costeras. Tanto las comunidades, la infraestructura pública y privada, los servicios básicos, la industria, el turismo como los ecosistemas se encuentran expuestos a la influencia e impacto de los tsunamis.
El 27 de febrero del 2010 tuvo lugar uno de los peores terremotos registrados en nuestro país y poco tiempo después del sismo se produjo un tsunami que azotó muy fuerte gran parte de la costa chilena, incluyendo el territorio insular. Este tsunami dejo una destrucción impresionante y se perdieron cientos de vidas, debido a que los organismos responsables de alertar a la población fallaron en su labor.
La imagen muestra la altura de las olas generadas tras el terremoto del 2010 en todas las costas del Pacífico. Los colores más oscuros corresponden a olas más altas, en cambio, los colores más claros muestran olas más bajas.
Luego del tsunami del 2010 y sus graves consecuencias, el MINVU llevó a cabo un proceso de análisis de la normativa legal, reglamentaria y técnica sobre los aspectos de la construcción en nuestro país. Creando Normas Técnicas referentes al Diseño estructural para edificaciones en áreas de riesgo de inundación por tsunamis, cuyo objetivo es reducir los daños y el riesgo de colapso en las estructuras ante un evento de inundación.
3.5- Incendios forestales
Cerca del 100% de los incendios forestales se asocian a actividades humanas, ya sean a descuidos, negligencias o intencionales. Además, tienen estrecha relación con el aumento de la población, la mayor presencia de personas en zonas rurales en el periodo estival (noviembre a abril), crecimiento de la conectividad en terrenos urbano-rurales y al cambio en las actividades silvoagropecuarias.
Las regiones más afectadas por incendios forestales, entre los años 1985 y 2009 son O´Higgins, Magallanes, Aysén y Coquimbo. Desde el punto de vista de la frecuencia, según la CONAF, las regiones más afectadas son Valparaíso, Biobío y O´Higgins.
La educación y la sensibilización hacen posible el cambio que necesitamos en la actitud de las personas y sus comunidades. Así se evitaría, controlaría y reduciría el riesgo frente a este tipo de amenaza.
En el verano del 2017 fuimos testigo de una gran cantidad de incendios forestales en varios lugares de la zona centro-sur de nuestro territorio nacional, los que arrasaron con 570.197 hectáreas y más de 3.000 viviendas fueron destruidas.
La imagen muestra las hectáreas afectadas por incendios forestales entre los años 1985 y 2019.
3.6- Inundaciones
La distribución de las precipitaciones en nuestro territorio varía latitudinalmente (aumentando de norte a sur), pero también por temporada, existiendo periodos de sequías y otros de humedad.
Las lluvias intensas en un corto tiempo provocan inundaciones, debido a que el suelo supera su capacidad de absorción y los ríos aumentan sus caudales rápidamente. Pero, también se pueden originar por la rotura de alguna represa, la canalización de los ríos o el derretimiento de la nieve. De esta forma, los terrenos normalmente secos se llenan y cubren de agua, ya que muchos de los asentamientos poseen sistemas de drenaje pluvial deficientes.
Se ven afectadas, principalmente, las comunidades ubicadas cerca de los ríos y las quebradas, además, de los sitios que han crecido rápidamente limitando la infiltración natural del agua lluvia.
En marzo del 2015 las zonas del norte Grande y Chico de nuestro país se vieron afectadas por un temporal con precipitaciones de intensidad inusual. La región de Atacama, en especial, se vio azotada por intensas lluvias que desbordó el río Copiapó, el cual arrasó con todo a su paso. El Gobierno decretó estado de excepción y los damnificados fueron llevados a albergues
La ONEMI recomienda una serie de acciones preventivas en caso de vivir una inundación, que se detallan en la imagen a continuación: