1- El contexto histórico
El 12 de febrero del año 1818 se firma el acta de Independencia de nuestro país, dejando de ser, a partir de entonces, una colonia de España. Aun así, Bernardo O’Higgins tuvo que enfrentar, una vez más, al ejército español en la Batalla de Maipú (5 de abril de 1818), para consolidar definitivamente el triunfo de las fuerzas patriotas.
Para lograr el orden interno del país, O’Higgins estableció dos constituciones (1818 y 1822), las que, pese a aplicar los ideales ilustrados y reconocer el principio de separación de los poderes del Estado, atribuían enormes facultades al Ejecutivo: él pensaba que el poder y el orden se lograrían mediante una figura autoritaria, que controlara los espacios de expresión popular. Sumado a lo anterior, elementos tales como la participación de Chile en la Expedición Libertadora del Perú, la abolición de los títulos de nobleza, la prohibición de las diversiones populares, el asesinato de Manuel Rodríguez y la creación del Cementerio General llevaron al fuerte descontento de la élite criolla y la Iglesia católica, derivando en un levantamiento en la ciudad de Concepción, que prontamente se propagó hacia otras provincias. Bernardo O´Higgins comunicó su decisión de abdicar, abandonando el poder y autoexiliándose en Perú.
Esto dejó a Chile en una posición de disputa por el control del Estado, mientras los costos financieros de la guerra de Independencia se manifestaban. Dentro de las diversas opciones que se barajaron durante esta época de nuestra historia llamada de Organización de la República existieron elementos que debemos considerar.
2- El enfrentamiento ideológico
a) La conciliación de distintas visiones políticas: en esta época se formaron grupos políticos quienes propusieron y defendieron varios ámbitos de la vida, acorde a los propios intereses que consideraron relevantes. Entre ellos están:
– Pelucones: representantes de la aristocracia terrateniente, postulaban que la organización del Estado debía basarse en la unión y centralización, con un gobierno fuerte.
– Pipiolos: representantes de los comerciantes, profesionales e intelectuales, basaban sus ideas en los ideales del liberalismo, en especial la libertad de pensamiento, con respeto a las demás provincias y un parlamento fuerte.
– O´higginistas: representantes de los militares, crecían firmemente en las ideas impulsadas por Bernardo O’Higgins, o sea, un gobierno autoritario y centralizado.
– Estanqueros: representantes de los comerciantes, buscaban la consolidación de un gobierno que impusiera el orden para terminar con la inestabilidad económica. Diego Portales era parte de este grupo.
b) Ensayos constitucionales: frente a la diversidad de asociaciones políticas y visiones de país, durante este periodo se probaron 2 constituciones y las leyes federales, ninguna de las cuales logró imponerse frente a las otras, dado el grado de diferencias que se establecían en los pensamientos de cada una:
– Constitución de 1823: destacaba por ser “moralista” al pretender controlar todos los ámbitos de la vida de las personas, basándose en un régimen conservador. Establecía como ciudadanos a los hombres, mayores de 21 años, católicos y dueños de un bien.
– Leyes federales de 1826: inspirada en el modelo de EE. UU, buscaba la autonomía de las provincias, otorgándoles atribuciones legislativas, administrativas y de organización local.
– Constitución de 1828: de corte liberal, tenía por objetivo la separación de la Iglesia católica del Estado, enfatizando en mayores libertades públicas. Los ciudadanos, según esta carta fundamental, eran todos los hombres, mayores de 21 años que ejercieran algún oficio dentro de la sociedad.
Con el establecimiento de esta última Constitución se desata una Guerra civil, liderada por los Conservadores con apoyo de los estanqueros, quienes no permitirían el establecimiento de dichas ideas liberales. Luego de casi dos años de enfrentamiento entre pelucones y pipiolos, estos últimos fueron derrotados en la Batalla de Lircay (1830) imponiéndose el régimen conservador que duraría por 3 decenios.
3- Las visiones historiográficas
Como te habrás dado cuenta, este periodo de Organización republicana derivó en muchos debates políticos, ideas y enfrentamientos armados. Para los historiadores, tampoco existe un consenso determinado sobre la certeza de los acontecimientos, debido principalmente a la diversidad de constituciones implementadas y el número de gobernantes sucedidos.
Es así como este periodo ha sido denominado de varias maneras: Anarquía, Ensayos Constitucionales u Organización de la República.
Dentro de la primera postura manifestada como “Anarquía”, Mario Góngora (1981), historiador chileno y representante de la corriente más tradicional, manifiesta que estos años fueron un “brevísimo período caótico”, consecuencia del vacío institucional que produjo el proceso de independencia y el cambio de autoridades políticas. Asimismo, Gonzalo Vial comenta “En junio de 1827 reinaba la anarquía. La causaban varios factores: el bandidaje; la falta de recursos fiscales, empezando por el ejército y policía¸ el federalismo en turbulento ensayo; y las enconadas luchas políticas de los bandos de la aristocracia. Estos factores tenían a Chile al borde el caos”.
(Gonzalo Vial Correa: Historia de Chile, Ed. Santillana, 1994. Pág. 153).
Sergio Villalobos (1989) señala que la “fisionomía anárquica fue más aparente que real”, y que “su estruendo ha impedido a los historiadores reparar en los aspectos positivos, silenciosos y menos espectaculares”. Según este autor, en Chile no existieron caudillos militares ni figuras políticas lúcidas, siendo la oligarquía indiferente por el poder, debido a los obstáculos económicos que enfrentaron por el proceso de Independencia.
Por otra parte, Gabriel Salazar (2003) interpreta el rol de los actores durante este periodo. En este sentido, las diferencias estaban en el manejo de la economía nacional, donde los grandes terratenientes pretendían liberarse de los comerciantes peruanos y de las trabas comerciales antes impuestas por España, para dar paso al libre comercio del pacífico. Algunos pensaban que con la eliminación del vínculo colonial todo se solucionaría, pero los medianos productores agrícolas buscaban como objetivo primordial la construcción de un Estado nacional. Asimismo, Mario Salinas comenta: “Los vagabundos, el sector más oprimido y explotado del sector rural, enfrentan dos alternativas para conseguir su subsistencia: la mendicidad, como asimilación pacífica de su condición de tal, o el bandolerismo, como expresión agresiva de descontento y rebeldía. La mendicidad es la sumisión; el bandolerismo, la protesta, el camino de la insubordinación al statu quo, el traspaso de los límites del orden social, el enfrentamiento, en fin, con los garantes de dicho orden: los detentores del poder y la riqueza”. (Maximiliano Salinas: “El bandolero chileno del siglo XIX”).
En otra perspectiva, Cristián Gazmuri (1999) indica que las diferencias al interior de la élite eran más bien de orden cultural. Según este autor, la búsqueda de los pipiolos con sus ideas más liberales era romper con el pasado colonial, lo que generó los roces con la aristocracia que se vio durante esos años desplazada por militares e intelectuales que, aun siendo miembros de su clase, estaban en clara contradicción.
Finalmente, la mirada de esta época como un proceso de “Ensayos Constitucionales” viene dada por Alfredo Jocelyn-Holt (1992), quien sostiene que no existieron diferencias socioeconómicas ni políticas al interior de la élite, sino que simplemente se trató de un proceso de ensayo-error que finalmente permitió establecer un orden institucional para el Chile independiente.
4- El establecimiento del orden político
Diego Portales, anteriormente mencionado, se transforma en una figura política de importancia en esta época, al poseer una clara visión de los objetivos que debía tener el país, una vez derrotados los pipiolos en la Batalla de Lircay.
– El ideal de “orden”: Portales vio en el establecimiento del orden político la instancia necesaria para consolidar la estructura económica tan importante para los estanqueros. Por lo tanto, logrando estabilizar institucionalmente al país se conseguiría el despegue de la economía.
– Autoritarismo: un Ejecutivo con amplias atribuciones, que impusiera con mano firme las leyes, era necesario para consolidar el “orden”. Eso sí, dichas facultades debían ser transitorias, para evitar caer en conductas dictatoriales.
– Rol del Estado: la promoción de la idea de nación, símbolos patrios y cultura cívica potenciaría el patriotismo que llevaría a los chilenos a ser modelos de virtud.
Estas nociones se convirtieron en la base de la Constitución de 1833, que se mantendría vigente hasta 1925 y cuyas disposiciones fueron las siguientes:
a) Dentro de las disposiciones generales se encuentran: Religión católica, apostólica y romana como la oficial. Sufragio censitario, implementando la ciudadanía a los varones mayores de 25 años que supieran leer y escribir, y que tuvieran una renta determinada, además de acreditar el dominio de una industria, arte u ocupación productiva.
b) Poder Ejecutivo: Liderado por el presidente de la república, duraba en su cargo 5 años, con posibilidad de reelección inmediata. Podía dictar estado de sitio y vetar las leyes emanadas del Congreso.
c) Poder Legislativo: Estaba compuestos por Diputados elegidos mediante “voto popular” y por Senadores designados a través de “electores especiales”. Podían aprobar y rechazar el presupuesto de la nación, además de autorizar facultades extraordinarias al presidente. Dictaba las leyes periódicas.
d) Poder Judicial: Estableció un tribunal supremo de justicia y garantizó la inamovilidad de los jueces. Los magistrados eran designados por el presidente a partir de una terna que presentaba el Consejo de Estado.
4- Gobiernos conservadores
