1- Contextualización
En la narración, quien relata los hechos asume un estilo específico para contar y organizar los acontecimientos, esto representa al modo en cómo está narrada la historia, es decir, si es el narrador quien manifiesta las intervenciones de los personajes o les permite hablar libremente dentro del texto, mostrando su participación a través de diálogos. De esta manera, nos encontraremos con tres modos narrativos o estilos: directo, indirecto e indirecto libre. Ahora bien, esta forma se encuentra presente no solo en textos literarios, sino que también en algunos textos periodísticos.
2- Características del estilo directo y ejemplos representativos en textos literarios
Cuando los personajes “hablan” en el relato lo hacen por medio del diálogo. El narrador lo introduce a través de un recurso retórico que consiste en señalar directamente lo que dijo tal personaje, casi como si fuese una cita literal de las palabras que este utilizó.
De esta manera, el narrador plasma de modo textual el o los diálogos de los personajes y entre ellos, sin intervenir ni tomar parte activa de sus expresiones; esto implica que los personajes mismos son los que hablan y queda manifiesto con la utilización de comillas, guion o dos puntos.
Veamos ejemplos de este estilo en distintas manifestaciones del género narrativo:
Bajó la cabeza y se tomó la frente con la mano derecha.
—Eso es lo que está buscando este mocoso —dijo, como para sí, pero en voz alta—. Que me dé un ataque al corazón y me muera. . .
Ricardo había vuelto lenta y silenciosamente a asomarse a la puerta de la cocina. Había recogido, incluso, su camisa del suelo.
—Ahí vas a estar contento, ahí vas a estar contento —prosiguió Clara, advirtiendo su reaparición—. Ahí sí. Ahí ya no vas a tener a la pobre vieja imbécil controlándote, ahí vas a estar feliz. Eso es lo que querés. Eso.
(“La pura verdad”, Roberto Fontanarrosa)
3- Características del estilo directo y ejemplos representativos en textos no literarios
El uso del estilo directo puede hacerse de varias formas: colocando en primer lugar el nombre del protagonista y la cita seguida de dos puntos; o comenzando con la cita textual seguida de una coma y el nombre del autor de las declaraciones.
Son correctos, por lo tanto, ejemplos como los siguientes: Hugo Chávez dijo: «Tanto yo como Evo Morales y los demás presidentes somos tan jefes de Estado como el rey Juan Carlos»; «Tanto yo como Evo Morales y los demás presidentes somos tan jefes de Estado como el rey Juan Carlos», dijo Hugo Chávez.
Uno de los textos no literarios en los que podemos observar la aplicación de este estilo es la entrevista, género periodístico que permite conocer cómo es una persona que goza de cierta relevancia, en un determinado contexto. En esta forma de reproducir lo dicho por el entrevistado, se escriben sus las palabras tal como las dijo, por lo general, entre comillas, como si fuese una cita: