1- Introducción
Como vimos en la guía anterior, el territorio y la política se constituyen como un ente fundamental en la construcción de las fronteras, en la jurisdicción de un país y en las relaciones internacionales que allí se producen.
Sin embargo, dichas decisiones políticas están muy influenciadas por el componente económico y sociocultural, puesto que, si existe alguna riqueza o interés geográfico por un determinado espacio, o bien existe alguna cultura que se sienta parte de un territorio y, por lo tanto, de una nación en específico, igual será un ente clave en dicha conformación.
Para lo anterior, te invito a que reflexiones en torno a la siguiente definición, que se relaciona mucho con esto:
“Nuestros territorios son a la vez reales, vívidos, pensados y posibles porque nuestras vidas transcurren, atraviesan y percolan nuestros lugares desde nuestros sentidos, significaciones e intereses generando un sinnúmero de procesos que nuestro conocimiento se encarga de entender y explicar”. (Fuente: Bozzano, H. (2009). Territorios posibles. Procesos, lugares y actores. Buenos Aires: Lumiere).
Lo anterior, es clave para entender por qué es tan importante el territorio en nuestra vida: es el espacio donde efectivamente transitamos, vivimos, nos desarrollamos, generamos vínculos, etc. ¿Cuántas veces has asociado un lugar con alguna emoción especial? Tal vez tengas bellos recuerdos de infancia en el campo o en la playa, o en alguna casa en particular. O, por el contrario, ¿cuántas veces has evitado transitar por algún lugar, ya que te evoca algún mal recuerdo o experiencia, o simplemente porque es peligroso? Ese tipo de relaciones que se establecen, a nivel más micro, son la base para entender por qué efectivamente es importante estudiar este tema, ya que como futuros ciudadanos es relevante de conocer.
2- Territorio y relaciones económicas
Como mencionamos en la introducción, el territorio y su conformación política tienen su causa en elementos económicos, principalmente en la búsqueda de riquezas que permitan el crecimiento económico de un país.
La globalización de la economía, en estos últimos 20 años, ha producido que efectivamente las formas de vincularnos con el territorio vayan variando, y que cada vez más las fronteras de los países estén más abiertas y a disposición de los diferentes contactos con otros lugares.
Uno de los elementos claves que permiten entender esta nueva economía de mercado, instaurada desde la época de la dictadura en Chile, es a partir del concepto de ventaja comparativa. Lo anterior quiere decir que un país decide especializarse en la producción de bienes cuya elaboración es más eficiente e importa aquellos en los que su eficiencia es menor. Considerando las características de nuestro país, se optó por la producción de productos primarios, específicamente la agricultura, minería, ganadería, forestal y pesca, siendo aquellas de menor inversión para el país, así como de mejor oportunidad de desarrollo, debido a la diversidad de los paisajes que conforman a nuestro país. Lo anterior, se clasificó de la siguiente manera:
En el Norte Grande se incrementó la actividad minera, sobre todo de cobre. Además, cobró mayor importancia la industria pesquera. | |
En el Norte Chico, en los valles transversales, predominó el desarrollo de actividades agrícolas vinculadas con la producción de frutas, tanto para consumo como para la producción de vino y pisco. | |
En la Zona Central, las actividades agrícolas aumentaron en importancia, especialmente las asociadas a cultivos de frutas. Además, en la costa y cordillera de la Costa se expandió la industria silvícola con la explotación de árboles exóticos. | |
En la Zona Sur se incrementó la actividad agrícola y ganadera en los valles, y en la costa y cordillera de la Costa, la industria silvícola. Además, en el litoral, se inició la industria salmonera. | |
En la Zona Austral, la economía se especializó en la actividad ganadera, mientras que en la costa se inició la industria salmonera. |
A partir de lo anterior, fue necesario modificar el espacio que se tenía hasta ese momento. Las zonas rurales fueron cambiando, a medida que muchas industrias comenzaban su instalación allí, de manera tal de agilizar los procesos de manufacturación de frutas, verduras, ganadería, pesca, minería, etc. Para su comercio interno y externo. Pensemos, por ejemplo, en los packaging de las frutas presentes en regiones como la del Libertador Bernardo O’Higgins, o sus productoras de vino en la zona de Colchagua, dentro de dicha región.
También existió una la reestructuración de los focos industriales, es decir, el surgimiento de nuevas industrias y el cierre de aquellas que no pudieron hacer frente a la llegada de productos importados.
3- Territorio y relación sociocultural
La pertenencia o vínculo con un determinado territorio está dado desde que nacemos y nos desarrollamos en él. Tal vez hay espacios donde vivimos que no nos gusten, pero es determinante la existencia de algunos rasgos geográficos que nos hacen sentir un enorme apego con ello.
Respecto de la conformación de los diferentes territorios, a partir de la década de 1970, la noción de territorio abandonó el lado netamente económico, para estudiar y dar relevancia a aquellos elementos subjetivos que lo conforman. Los sentimientos de pertenencia y vínculo de la población con el espacio habitado, así como cada uno de los elementos particulares que configuran un lugar, son claves a la hora de estudiar un territorio.
Si pensamos en lo anterior, por ejemplo, cuando d¿viajamos a los lugares extremos de Chile, si es que somos de la zona central, nos sorprende muchas veces el tipo de casas que existen, los productos gastronómicos de dichas zonas, la forma de vida, e inclusive, los diferentes acentos que hay. Lo anterior puede verse clarificado específicamente mediante la siguiente definición:
“En la actualidad, el territorio no tiende a la homogeneidad, como sucedía con las regiones en el contexto del paradigma de desarrollo; por el contrario, explora la diferencia, la particularidad. (…) En una comunidad los actores poseen intencionalidades, sus acciones son orientadas culturalmente y estas van modificando el orden de los objetos. De hecho, constantemente crean nuevos objetos artificiales, introducen nuevas tecnologías, se instrumentan políticas diferentes, se generan conflictos entre los actores y será mediante la identidad cultural y la acción social de los actores como es factible que se logre la transformación sociocultural de un territorio. En un territorio coexisten una diversidad de actores sociales, si bien pueden compartir la misma visión cultural, sus intereses los lleva a caminos diferentes en el proceso de construcción del territorio”. (Fuente: Llanos-Hernández, L. (2010). El concepto del territorio y la investigación en las ciencias sociales. Agricultura, sociedad y desarrollo, 7(3), 207-220).
Así, todos los territorios son diferentes y generan particularidades en sus entornos que producen el vínculo de pertenencia con ellos.
Por otro lado, debemos considerar a las ciudades. Uno de los rasgos característicos del siglo XX en Chile fue la profunda modificación del espacio geográfico, tal como estudiamos en la guía anterior. Tener un estilo de arquitectura, formas de las calles, lugares particulares o elementos propios de las ciudades provenientes desde la Colonia, han generado una necesidad de diferentes personas de conservar dichos espacios como han sido siempre, que es lo que les da identidad a las comunidades.
Así surge el concepto de “patrimonio cultural”, que implica el conjunto de bienes materiales e inmateriales al que las comunidades le otorgan sentido y valor como parte constitutiva de su identidad. Una de sus unidades más micro y más comunes son los denominados “barrios”.
Hoy, los barrios luchan por permanecer intactos en el tiempo. Debido a la alta demanda generada en regiones como Santiago, los grandes proyectos inmobiliarios, enfocados en la construcción de edificios con departamentos, ha hecho que poco a poco se destruya esta vida de barrio, nos aislamos cada vez más de nuestros vecinos e interactuamos poco.
En la actualidad, el rescate y promoción de los barrios se realiza a través de distintas acciones. Entre ellas, destacan los circuitos o recorridos patrimoniales, consistentes en rutas que abarcan distintos hitos característicos del barrio, donde se comparten sus historias, sus particularidades y el valor que tienen para la ciudad.