1- Contexto histórico
Durante los años 20 el consumismo se consolida como una forma de vida. La despreocupación por el mañana, apelando al disfrute completo de hoy se transforma en lo importante. El consumo y las compras a crédito aumentaron considerablemente. La población buscó olvidar las privaciones del tiempo de guerra, a través de nuevos bienes de consumo como la música y el cine. La sociedad cambió sus costumbres, especialmente las mujeres, cuya moda y comportamiento adquirieron un carácter más liberal. Se acortaron las faldas, se remarcó el maquillaje y los cortes de pelo se masculinizaron; también comenzaron a consumir tabaco y alcohol, así como a participar de las fiestas nocturnas. Todo quedaba centrado en la necesidad constante de entretenimiento.
Sin embargo, esta felicidad y locura que embargaba a la gente de la época era muy frágil: estaba basada en la especulación financiera, que se produce por la gran cantidad de transacciones con crédito realizadas. También durante esta época, muchos obreros se dedicaron, por ejemplo, a la compra de acciones, las que se vislumbraban como una inversión siempre favorable a largo plazo, debido a la variación constante en los precios.
Las empresas, alentadas por la bonanza financiera y la esperanza de una gran retribución futura, solicitaban préstamos a los bancos para expandir su producción, para mejorar sus industrias, o sencillamente abrir nuevas sucursales; mientras los particulares hacían lo propio para adquirir bienes o invertir en la bolsa, casi como una nueva “moda”.
2- El gran colapso
Este colapso de la economía en EE. UU no solo tendrá repercusiones en dicho país, sino que llevará al mundo entero a una situación de crisis nunca vista en la historia, pasando a ser una de las primeras grandes caídas del capitalismo. El 24 de octubre de 1929 –más conocido como “jueves negro”– salieron a la venta más de 13 millones de acciones, las que bajaron dramáticamente sus precios ante la falta de compradores. Esto provocó el desplome de la Bolsa de Nueva York, centro financiero del mundo. Estados Unidos vio disminuir casi en un tercio su producto interno bruto (PIB), mientras que la mitad de los bancos se fueron a la quiebra y más del 25 % de las personas quedaron sin empleo ni seguros de ningún tipo. El precio de los productos se desplomó, terminando de arruinar a productores y comerciantes. El cierre de las empresas disparó el desempleo, lo que frenó el consumo y provocó, por tanto, la paralización de la economía. Estados Unidos redujo sus importaciones, lo que llevó la crisis a los países que le suministraban materias primas, en especial los latinoamericanos. Esto hizo que la crisis se difundiera por Europa, quienes también se beneficiaban de la buena situación económica estadounidense. Las caídas de los precios llegaron al 50 %, generando quiebras de industrias y desempleo en todos los continentes que mantenían relaciones de intercambio económico con Europa y Estados Unidos.
3- El New Deal
La crisis se extendió por el mundo entero. Para luchar contra ella, se aplicaron las ideas de J.M Keynes, que planteaba la necesidad de que el Estado interviniera y dirigiera la economía. El New Deal (1932) fue aplicado por Franklin D. Roosevelt y constaba de los siguientes puntos:
– Control de la masa monetaria (Control de bancos).
– Estimular inversión (créditos estatales).
– Plan de obras públicas (para incentivar el empleo).
– Reducir el paro (disminución jornada laboral).
– Fijación salario mínimo, subsidios de paro, políticas de ocupación, etc.
4- Populismos en América Latina
El populismo es un sistema de gobierno basado en las lealtades personales entre gobernantes y gobernados antes que en el funcionamiento regular de las instituciones. Se basa en los intereses de las masas populares. En América Latina, el populismo se manifestó como la fusión entre un movimiento, una ideología y un Estado, como política nacional en respuesta a amenazas, de potencias extranjeras. Se caracteriza por un liderazgo político personalista y paternalista, no necesariamente carismáticos. Una coalición de apoyo poli-clasista basada principalmente en los sectores subalternos. Una movilización política sostenida en la relación directa entre el líder y las masas que se saltan las formas institucionalizadas de intermediación.
Juan Domingo Perón (1895-1974): Gobernó Argentina (1946-1955) y (1973-1974). Fundó en 1947, el partido justicialista, por la defensa de los trabajadores, ligado a los sindicatos. Durante su segunda presidencia, su popularidad comenzó a caer producto de diferentes factores; crisis económica, fallecimiento de su esposa, la Iglesia Católica lo acusó de organizar una dictadura civil. Un golpe de Estado militar (1955) lo obligó a exiliarse y retornó, en 1973 volviendo a ser reelegido. Falleciendo en 1974. Getulio Vargas (1882-1954) Fue cuatro veces presidente de Brasil e influyente del Partido Democrático Trabalhista (PDT) y Partido Trabalhista Brasileiro (PTB). Gobernó entre 1930-1945 apoyado en las fuerzas armadas. En 1937, suprimió el congreso y partidos políticos y tras un autogolpe de Estado, estableció una constitución, creando el Estado novo. En 1945 le hicieron el golpe de Estado, y volvió al poder en 1951, las fuerzas armadas lo volvieron a derrocar, tras lo cual se suicidó.
Lázaro Cárdenas (1895-1970) Gobernó México 1934-1940. Destacó por realizar una reforma agraria, nacionalización de recursos naturales y de ferrocarriles. Fundó Partido de la revolución mexicana (PRM) que luego sería el partido revolucionario institucional (PRI).
En el caso de Chile, en 1952, Carlos Ibáñez del Campo, apodado el "General de la esperanza", ganó con una amplia mayoría: 47% de los votos. En la primera elección presidencial en que las mujeres pudieron, al fin, ejercer su derecho a elegir al Jefe de Estado, resultó electo con un contundente apoyo el candidato independiente Carlos Ibáñez del Campo. De esta forma, el antiguo caudillo volvía a ocupar la Primera Magistratura, aunque esta vez lo hacía sustentado por la ciudadanía y no por medios que ponían en riesgo el orden constitucional y al sistema político tradicional.
Debido a la crisis económica que asolaba al país y al enorme descontento en que estaba sumida la mayoría de la población nacional, la campaña de Ibáñez se centró en ofrecer a la ciudadanía las soluciones que la clase política tradicional no había logrado poner en práctica y por ello el lema de su candidatura rezaba “El General de la Esperanza”; de hecho, Ibáñez prometía “barrer” con los problemas que afectaban a los chilenos, y por tanto (acorde con su lema) una escoba era utilizada como imagen ancla de su candidatura.